Ya han pasado 3 meses desde que me hice la dichosa fracturita subcapital del húmero... Y en estos 3 meses la palabra clave ha sido disciplina, sumado a obediencia y paciencia.
Disciplina de no mover el brazo en el cabestrillo, disciplina de acudir religiosamente a todas las revisiones, disciplina de mentalizarse en cumplir a rajatabla todo lo que me decían y solo dos momentos de desobediencia total y absoluta ( a ver no soy una santa)
Y todo esto ha tenido resultados y estoy contenta. Cansada pero contenta de ver que poco a poco voy ganando movilidad, hoy mismo me he podido abrochar el sujetador como una persona normal y no haciendo aspavientos. (Eso lo he conseguido gracias a lo que hago en esas dos fotos, forzar la rotación interna tirando con el brazo bueno para que la mano suba, como dueleeeeeeeee) Contenta porque la constancia tiene sus ganancias, y contenta porque puedo decir que estoy cada vez mas cerca de alcanzar mi meta que es poder trabajar, que para eso una tiene vocación.
Ayer mismo miraba el primer vídeo que colgué donde prácticamente no puedo mover el brazo y me impresionó ver todo lo conseguido.
Perdón por haber tenido abandonado el blog, pero estaba centrada en la rehabilitación, súmale hora y media de rehabilitación y hora y media de gimnasio y tienes a una madre de familia muy ocupada, y es que esto me lo he tomado como un trabajo señores.
Siguiente paso, terminar de completar los rangos articulares y empezar a ganar fuerza. Hoy mantener un kilo y medio en alto con el codo extendido ha sido como sujetar el mundo entero, tengo agujetas hasta en las pestañas. Pero otra vez mi frase favorita, piano piano se llega lontano, y aunque parezca que corro no lo estoy haciendo, soy muy consciente de cada paso que doy, pisando fuerte para no hacerme daño.
Siguiente capítulo: Maneras de retorcerse en una camilla
P.D: Gracias, gracias, gracias por todos los ánimos, por el recupérate bien, por los elogios, por todos los que estáis a mi lado, por las broncas echadas (una en especial), por alentarme...